miércoles, 3 de octubre de 2007

Que? disculpa, no te escuche...



Investigadores británicos comprobaron que tomar de más en reuniones sociales reduce la audición de manera temporaria. Para no preocuparse sólo por la resaca

"Si a una persona le cuesta escuchar una conversación en un bar, no sería por el ruido ambiente", sugirió el estudio. Según sus resultados, el alcohol reduciría temporalmente la audición, en especial de los sonidos de una conversación. Sobre 30 voluntarios saludables, el equipo observó que a medida que los participantes bebían, su audición era menos aguda. El nivel auditivo de baja frecuencia, es decir, aquel que se necesita para distinguir el lenguaje, era el que más sufría, señalaron los autores en la edición en internet de la revista BMC Ear, Nose and Throat Disorders. La influencia del alcohol en el aumento de la tolerancia al ruido alto es un "fenómeno muy conocido", indicó el equipo dirigido por Tahwinder Upile, de los Hospitales del University College de Londres. Pero la llamada "sordera de las fiestas" no derivaría sólo del ambiente ruidoso, señalaron los autores. Para estudiar los efectos temporales del alcohol sobre la audición, el equipo reunió a adultos sanos de entre 20 y 40 años sin antecedentes de problemas auditivos. Los autores les controlaron la audición antes y después de consumir una cantidad predeterminada de bebidas alcohólicas en el laboratorio. El equipo halló que, en general, a mayor nivel de consumo de alcohol (según la prueba de aliento), mayor deterioro de la audición. La pérdida auditiva tendía a ser más significativa en los voluntarios de más edad y en los que tenían antecedentes de alcoholismo.Aunque se desconoce exactamente por qué beber causa este efecto, el equipo sostiene que el alcohol podría dañar los nervios auditivos o afectar el procesamiento cerebral de los sonidos. En este estudio, la pérdida de la audición fue temporal: los voluntarios mostraban recuperación de su nivel auditivo a la siguiente semana, cuando volvían para un nuevo control. Con todo, los autores opinan que es posible que el consumo regular de alcohol deteriore la audición con el tiempo. "Queda una gran incógnita para seguir investigando", concluyó el equipo.

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